miércoles, 13 de enero de 2010

Apreciaciones sobre el discurso de género en la obra poética de Carmen Villoro.
Miriam Susana Cervantes Munguía

“No opongo resistencia; / ha de saber la sombra que la espero,/ que he llenado de espacios este cuerpo,/ como si fuera un árbol/ sediento de aves pardas”

-Carmen Villoro

Un claro ejemplo de que el saberse mujer no implica ser feminista es la esencia de la voz poética de varias obras de Carmen Villoro. A través de sus poemas, reunidos bajo el título El tiempo alguna vez (2004), se pueden apreciar discursos que definen una entidad femenina formada, ideológicamente, como la figura de una mujer que brinda su sensibilidad en diferentes matices o roles dentro de su mundo poético.

Este trabajo parte de una posible consideración alrededor de los textos de Carmen Villoro. Tal miramiento es que, en tanto obras reunidas, se les puede considerar poseedores de la existencia de una entidad femenina común, ya que la mayoría de los poemas de Carmen Villoro son textos escritos generalmente en primera persona y esto les dota una subjetividad que presentan los discursos alrededor de los roles de la mujer. Así, podrá intuirse cómo es la opinión de la autora o de esta mujer acerca de sí misma y del mundo que la rodea.
La creación y manifestación de la percepción del mundo en una obra que pertenece a la literatura de género carecen de un método fuerte. No obstante, desde un punto de vista general, se necesita formar una versión diferente de la feminidad al rechazar los iconos impuestos y transgredir mediante otras propuestas las definiciones que son establecidas por diversas instituciones como la maternidad, la religión, el matrimonio y el gobierno. Sin embargo, la identidad femenina de Villoro se funda, primordialmente y en contra del feminismo, en reafirmar los estereotipos que marcan estas instituciones.
El estereotipo que se reitera más en estos poemas es la conciencia de responsabilidad que la maternidad trae consigo, lo cual es un acto privado que conserva la literatura intimista:

Acepto tu peso
porque mi vientre es un invernadero
de olas,
de alas,
de espuma,
del hijo que me crece
como una pulsación del universo.
(Villoro, 2004: 16)

En los poemas notamos una descripción del seno materno como un símbolo del estado deseado e híper valorado: todo sufrir es bueno por tener un hijo.
La aspiración a ser madre se puede explicar por una teoría de Sigmund Freud (2002), quien menciona que la mujer tiene envidia del hombre por la ausencia de un falo y no supera este sentimiento de inferioridad sino hasta que procrea a un hijo. A lo largo de los textos se afirma el éxito personal de la mujer a través de la maternidad:

Te compré un corpiño(…)
Fue como decirte el gozo
de que me sobrevivas,
de que el amor abreve
y no sólo el amor sino la vida
en el estanque germinal
de tu presente
(Villoro, 2004: 111)

Esta concepción, la de una madre que piensa y participa en el futuro de sus hijos mediante la marcación de roles, obedece a un deseo muy propio del rol que tiene una mujer en el matrimonio: al cuidado de sus hijos. Pero ¿este valor de madre es la única coincidencia que comparte esta entidad femenina con los valores de las otras instituciones?
En un ámbito estilístico, no hay grandes combinaciones de significados o sentidos que disfracen los papeles de la mujer como madre o como esposa. Desde el primer poema, La mujer del guerrero, la mujer asume un rol pasivo: sufre la partida del amado y espera su regreso. Es un poema donde, a pesar del amor que siente la mujer, el tiempo y el futuro están condicionados al actuar del hombre:

La mujer del guerrero
voltea al reloj de arena,
teje telares finos de lunar a lunar,
sobre la superficie de su cuerpo;
al alba espera su regreso.
(Villoro, 2004:13)

Como sabemos, el estudio de género tomó en ocasiones como base las teorías hechas por hombres y, sin duda, en el proceder creativo también hay una parte de copia que se hace a los escritores hombres. La espera y sus quehaceres, como acciones de la mujer, continúan siendo hábitos impuestos por el hombre sin una toma de conciencia por parte de la mujer.
Un requisito que se cumple en algunos discursos es el poseer un carácter intimista en algunos poemas. Varios de los poemas son discursos dirigidos a un destinatario especial:

(…)Qué poco entiendo
de aquello que se fragua
en el centro profundo de tu cuerpo.
Qué poco entiendo de futbol
Qué poco sé
de ese jugador de once años
que arde de pasión sobre la hierba.
(Villoro, 2004:110)

La mujer marca en sus hijos y su esposo comportamientos masculinos y femeninos dotando a sus personajes (emisores-receptores) con un rol de género, a través de símbolos culturales, como el “fútbol” para el hombre, y “la casa de muñecas”, para la hija.
La percepción que se tiene del ser varón o mujer y reconocer sus roles y capacidades, en el texto nos hace preguntarnos, si hay una propuesta feminista en Villoro o solamente hay una necesidad de remarcar los roles e idealizar a la mujer en la misma vieja escuela que tienen lo hombres al momento de crear.
Es de suponerse que la literatura feminista ve al momento de creación literaria como un acto ligado a la biología, el texto como un acto creado por medio de la gestación, entonces, la función biológica de la reproducción, hace corpórea la palabra escrita y se convierte a la mujer en un sujeto completo en la creación literaria. Desafortunadamente, la obra de Carmen Villoro no cumple con estos puntos y, por el contrario, promueve las mismas ideas sociales imperantes, que están lejos de ser una propuesta literaria en cuanto a trama y estilo: “Llega el sepia a las hojas. Miro en ellas el tiempo que he perdido, una mirada tuya, el beso que me diste” (Villoro, 2004:77). Unido a la creación de modelos de mujer que recibe acciones de otra persona y generalmente sólo actúa mientras refuerza su papel, hay personajes femeninos que responden a verdaderas etiquetas en estos poemas: la mujer santa, emprendedora, viajera, casada, que también forman parte de la búsqueda de identidad.
La figura de la mujer en estos trabajos es una mujer que carece de una personalidad desafiante para los estatutos. Villoro profundizó en la actitud femenina que plasma a la mujer como deseante y al hombre como deseado, llevando al hombre al lugar poético que tradicionalmente le ha correspondido a la mujer. Lamentablemente, sus discursos de la rutina evidencian que los trabajos de la autora también fortalece las marcas de roles, pues la mujer, además de no ser la deseada se vuelve aun más pasiva.
El erotismo, la maternidad y las sensaciones que el personaje desempeña en tanto mujer, están presentes. No obstante, el discurso de Carmen Villoro no corresponde a la multiplicidad, innovación, y explicación de los textos femeninos, con su estética radical de género, aunque sí hay una marca femenina, sus textos no logran causar un caos en los estereotipos durante su lectura o difusión:

Esta mujer que soy
mira tu cuerpo y se pregunta
si la vida es el árbol de venas
que nos crece por dentro
o la laguna quieta
que sólo presentimos(…)
(Villoro, 2004:92)

En este poema, podemos observar a la mujer como un ser que contempla. Esa misma vacilación la lleva a perder en parte su identidad como mujer de estereotipo y redime su posición como el ser que busca definirse. No obstante, por el carácter intimista que presenta gran parte de su obra, notamos que la pregunta se dirige a un ser que comparte varios sentimientos con ella; es decir, le está preguntando a su pareja qué es lo que debe sentir. Muestra a un personaje que incluso debe preguntar, cuando toma otros discursos, cuál es el modo más apropiado de actuar.
En todos los poemas, sólo es posible notar que los poemas están enunciados a manera de monólogo, pues ella toma el poder de todo tipo de control diegético y poético en la obra. Esto causa que no exista otro discurso que oponga diferentes puntos de vista sobre el rol del personaje tal y como se esperaría a partir de la posible polifonía que propuso Bajtin (2003). Pero esta idea contraria no es necesaria porque la visión de ella como mujer es la misma que está instituida. Esto termina por causar que el yo esté limitado a un yo mujer o a un yo madre y no a un yo persona, pues no logra desprenderse de estos roles ni ofrece un contrapunto.
La reacción de los medios de comunicación contra la lucha del feminismo tradicional para la igualdad de las mujeres es una tendencia que Carmen Villoro sigue, lo que causa que olvide o deslinde en sus maneras de crear y por poseer un objetivo totalmente distinto, la redisposición del feminismo para enfrentarse a la realidad del patriarquismo inamovible y la marginación de la mujer. El tema central es el de la identidad el reconocimiento como “mujer” y no como persona. Pues reduce de nuevo la identidad al indeterminismo biológico de género.
Villoro no aporta nada a la dignidad femenina, y nos presenta una idea retrograda, pero que no está del todo suprimida, pues con el posmodernismo el avance feminista ha retrocedido demasiado.
En el libro El Tiempo Alguna Vez, no se ve el mundo desde una perspectiva en la que se exista como ser vivo o como ciudadano y, aunque cumple con algunos puntos de la teoría feminista, no se puede considerar vanguardista, ni propositiva en absoluto. Pues no da respuesta a los problemas de discriminación sexual, ni prima a las mujeres de situaciones reales, por el contrario las prima de modelos femeninos mediante una representación simbólica de la realidad.
La obra de Carmen Villoro no cumple con un trabajo reactivo de género, y por el contrario promueve las mismas ideas comerciales y frágiles, que están lejos de ser una propuesta literaria en cuanto a trama, y, aunque tiene la representación de muchos roles, tampoco cumple con algunas formalidades como la polifonía, sus poemas son monótonos, sencillos, sin contenido profundo y lineales, por lo tanto tampoco hay una propuesta estilística que pudiera beneficiar realmente a la teoría de género..
Freud, Sigmund (2002). Introducción al psicoanálisis. México: Porrúa, 423pp.
Bajtin, Mijail (2003). Algunos problemas de la poética de Dostoievski, México: FCE, 400pp.
Villoro, Carmen (2004). El tiempo alguna vez, México: FCE, 126pp.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Las Aventuras, Desventuras y Sueños de Adonis García, el Vampiro de la Colonia Roma.


Este libro se ha convertido en un referente de la vida gay de la ciudad de México, fue escrito a mediados de los años 70’s cuando el ser homosexual era sinónimo de vejaciones, una gran discriminación, constante represión física, etc... desde entonces y aunque algunas cosas no se han superado del todo, la situación han cambiado mucho en México.

Es un retrato del mundo homosexual de México en los 70’s, de la prostitución masculina, del despertar de un joven a su vida sexual y a su identidad como homosexual

Usando el formato de una entrevista grabada, cada capítulo esta marcado como una cinta, Adonis narra en un lenguaje coloquial sus recuerdos, nos cuenta de su niñez, llena de contrastes, su curiosidad hacia el sexo, su descubrimiento como homosexual, su aceptación, su inicio en la prostitución...


pero
al día siguiente
recapacité y me dije
“bueno
si es una forma fácil de ganar dinero ¿por qué no hacerlo?
¿me voy a pasar toda la pinche vida encerrado en este cuartucho?”
y dije
“¡nooo!”
¿verdad?
porque yo tenía ganas de hacer algo
¿entiendes?
de juntar dinero y hacer algo
ser algo ¿no?
y ahí me tienes en la noche
haciendo guardia en las puertas del sanborns de niza
allí fue mi debut ¿ves?
le debo mucho al sanborns de niza
je

el primer tipo que pasó era un señor como de cuarenta años
más o menos de aspecto elegantón
y se veía que tenía lana
así es que dije
“este va a ser mi primer cliente”
y sí
¿ves?
pasó en su coche una vez
y luego volvió a pasar y me hizo señas de que lo siguiera
él iba manejando
así
despacito
para darme chance de seguirlo
ni modo que fuera a velocidad normal ¿no?...
Y todo lo que vive como prostituto, sus clientes, sus viajes, fiestas, los peligros que enfrenta, sus alegrías y sus tristezas, sus amigos, todo esto contado sin rencor, muchas veces con ironía, incluso por momentos con melancolía.

El libro en realidad no tiene un final, solo es la entrevista que termina y lo hace cuando Adonis nos narra que decide mudarse de la colonia Roma a la colonia Cuauhtémoc.

cuando me cambié a la colonia cuahtémoc
se inició otra etapa de mi vida
pero ps ésa ya la dejamos para otra ocasión ¿no?
para otro libro...

... y ora sí ya apágale ¿no?

Luis Zapata y Su Vida


LA VIDA DE LUIS ZAPATA 

Traductor, narrador y dramaturgo. Nació el 27 de abril de 1951 en Chilpancingo, Guerrero. Estudió la licenciatura en letras francesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En 1976 obtuvo el primer lugar en el concurso de cuento Quetzalcóatl, por Hasta en la mejores familias y en 1977 con Deuxieme Pont (Segundo Puente).

Fue becario del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes, de 1991 a 1992. Ha colaborado en El Nuevo Mal del Siglo (codirector), Punto de Partida y en el periódico Alianza Francesa. Parte de su obra ha sido traducida y publicada en E.U.

Ha traducido Renart el zorro, en colaboración de Angélica Martín del Campo (Premio editores, 1979); Vanidades, de Heifner en colaboración con C. Téllez (1980); Bom-crioulo de Adolfo Caminha (Traducción y Prólogo, Posada, 1989) y Tristán e Isolda de Béruol y Thomas (CNA, Cien del mundo, 1990).

Su obra es variada, por lo que incursiona en casi todos los géneros, desde su autobiografía, De cuerpo entero: Las cálidas tardes del cine Guerrero (UNAM / Corunda, 1990). En el cuento con: De amor es mi negra pena, panfleto y pantomima (1983) y Ese amor que hasta ayer nos quemaba (Posada, 1987).

En teatro es autor de obras como: De pétalos perennes (estrenada en 1983); La fuerza del amor (estrenada en 1989); La generosidad de los extraños, en colaboración con José Joaquín Blanco, (1990) y Plastic surgery, en coautoría con M. de la Garza (estrenada en 1990).

La novela es el género más prolífico de Luis Zapata, con títulos como: Hasta en las mejores familias (1975), El vampiro de la colonia Roma (Grijalbo, 1979), es la más polémica de sus novelas; De pétalos perennes (Katún, 1981), adaptación cinematográfica con el nombre de Confidencias, también se estrenó en teatro. En jirones (Posada, 1985); La hermana secreta de Angélica María (Cal y Arena, 1989) y ¿Por qué mejor no nos vamos? (Cal y Arena, 1992).

El acercamiento de Luis Zapata con el cine es desde niño: “(…) En Chilpancingo, donde vivía con su familia lograba convencer a su mamá, a alguno de sus abuelos o a la sirvienta, para que lo llevaran casi todos los días al cine, generalmente películas mexicanas”. Recuerda que desde los 3 ó 4 años le fascinaba y, aún ahora, no puede dejar una semana sin ir al cine, “aunque sea una vez. Y no es tanto una necesidad de ver buen cine –si te contara las últimas películas que he visto no lo creerías—; es una necesidad de ver cine” 

Zapata opinó sobre la influencia que ha ejercido el cine en su manera de escribir: “(el cine influye). En gran medida. De niño casi no leí, fui analfabeto funcional. Yo no era de ver cine culto de directores, más bien eran los actores, las actrices; fui fan de Libertad Lamarque, me moría por tener un autógrafo de ella y finalmente lo tuve, Marga López… No me perdía esas películas…”  

Su trabajo como dramaturgo le ha aportado otras experiencias. Él parte de el supuesto de que un texto dramático es un texto incompleto, o que no está completo hasta que no tiene la otra visión del director y de los que participan en el montaje. “Es muy difícil que tú, como autor dramático o como guionista de cine, digas: ‘esto no responde a mi visión, no es así como yo imaginaba las cosas’. Es una reacción un poco egoísta y narcisista quizá; yo pienso que, cuando escribes ese tipo de textos, debes estar abierto a que tu visión de las cosas pase por la visión de otro creador; porque si quieres ser el dueño absoluto de tus textos, entonces mejor escribe novela o poesía o un género independiente. Y el texto dramático y el guión cinematográfico son géneros a medias, hasta que tu texto no se lleve a escena o filme, y ahí tiene uno que abrirse a la otra interpretación…” 

De su novela De pétalos perennes se hizo una película llamada Confidencias (Dir. Jaime Humberto Hermosillo, 1982), Luis Zapata comenta los problemas sobre su realización: “El primero fue que la película se hizo con un presupuesto muy bajo; la idea era hacerla de manera independiente; entonces, un productor dio dinero, pero muy poco, y debido a lo mismo, la película tiene fallas técnicas. Por ejemplo, la fotografía no es muy buena, hubo escenas que no estaban del todo bien, pero no se pudieron repetir porque no había dinero, y además se filmó muy rápido, en dos o tres semanas, aquí en Cuernavaca, por cierto. Creo que quedó bien, a mucha gente le gustó, por los comentarios que oí, pero de alguna manera si se hizo con muchas limitaciones. Y el mismo problema tuvo con la distribución…” 

Finalmente, a Luis Zapata se le cuestionó:
“—¿Qué sueño te falta por realizar en tu vida?
“—Dirigir una película. Es mi segundo hobby, pero nunca me han dado chance. Sólo en mis fantasías”


"La contracultura en México" de José Agustín


La contracultura en México es un ensayo de carácter social que abarca la cultura desde de los pachucos hasta los punks. Todo esto lo trata desde el punto de vista de lo social, de la literatura y de la música. Además de detallar los orígenes, las características y variaciones de las diferentes culturas, hace mención de los personajes que fueron importantes en el desarrollo de ellas. Además de estas referencias sobre personas, al final del libro hay unos apéndices sobre Philip K. Dick, Parménides García Saldaña y Carlos Castañeda.

El último capítulo del libro trata sobre las manifestaciones culturales más recientes. Para la mayoría de las personas, este apartado menciona muchas cosas que cuentan con un inmediato referente pues, en cuanto a tiempo, aun no están tan alejadas.

El lenguaje que usa es bastante coloquial lo cual lo hace muy interesante y fácil de llevar la lectura. Tiene, además, una sección de fotografías llamada “La contracultura en imágenes”, con lo que ilustra muy bien de lo que ha hablado.

Sería soso tratar de hacer una reseña puntual del contenido de esto libro puesto que está lleno de datos y de una cantidad impresionante de información, al hacerlo sólo lograríamos una copia burda del original. Lo indicado aquí es hacer la lectura completa del mismo libro que, créanme, no se arrepentirán.
La contracultura en México está publicada por Ed. Debolsillo y su precio está por los $84.00

"La tumba" de José Agustín


La tumba es la evolución de un cuento que originalmente se llamó Tedio y que escribió por una apuesta. Revisando el cuento se le ocurrieron otras ideas y escribió Tedio II y luego una tercera parte, y fue entonces cuando empezó a unir las 3 historias que finalmente dieron como resultado La tumba.
Esta obra causó gran revuelo, por una parte tuvo una buena aceptación por mucha gente y recibió muchas buenas críticas, pero por otro lado se acusó de destruir la literatura, la moral y las buenas costumbres de la sociedad. Pese a esto último, La tumba es una obra que aun hoy en día sigue vigente (contrario a lo que muchos esperaban) por sus temas juveniles y el uso del lenguaje que pone en boca de los personajes. Se nos presenta la historia de un chico de clase media alta que tiene un desapego con su familia, con sus amistades y con la vida en general. Este muchacho vive una vida de desenfreno, con mucho alcohol, mucha literatura, mucho sexo y mucha irresponsabilidad. Y a él no le importa. No es feliz pero no le importa. Al final decide suicidarse pero José Agustín deja el final de la obra abierta pues termina con el sonido que el protagonista escuchaba todo el tiempo en su cabeza “(…) Clic, clic, clic, clic, clic, clic… (…)” que no te asegura si realmente sucedió o no.

Hay muchas referencias a autores europeos y mete muchas frases en otros idiomas (inglés y francés). En esta obra usa mucho la técnica de juntar varias palabras en una sola, y esto fue algo que no gustó mucho a críticos quenadielespreguntó, apretados y aburridos.
En ed. Debolsillo cuesta $59.00

La vida de Mariano Azuela



Médico de profesión, crítico literario y escritor, que nace en el 1 de enero de 1873 en Lagos de Moreno en el estado de Jalisco, su carrera literaria incursiona en varios géneros como el teatro, cuento, ensayo crítico y novela, que es donde se destaca más debido a sus narraciones ambientadas en la época de la revolución mexicana, donde retrata la tensión social que precedió a la Revolución Mexicana, además de mostrar con claridad como ocurren los hechos desde la perspectiva del pueblo, en su tono narrativo predomina la denuncia social y se opone a la dictadura de Huerta estudia en la escuela de medicina como cirujano en Guadalajara. Escribe su primera novela llamada María Luisa en el año de 1907, en 1908 escribe Los fracasados, Mala yerba y triunfadores las pública en el año de 1909, para 1911 publicaría Andrés Pérez, Maderista. Es designado jefe político de Lagos y más adelante ocupa el puesto de director de Educación en Jalisco.
Después de la muerte de Madero, Mariano Azuela se incorpora a las fuerzas revolucionarias al mando de Julián Medina cumpliendo el puesto de médico militar, ocasión que le permitió escribir Los de abajo, una novela por entregas en el año de 1915, dos años después publica Los caciques y para 1908 escribe Las moscas y Las tribulaciones de una familia decente, en 1923 escribe malhora, continúa en 1925 con El desquite; siete años después escribe La luciérnaga, mientras que en el año de 1949 escribe Sendas perdidas, La maldición y Esa sangre, son publicadas póstumamente.
Obtiene el Premio Nacional de Literatura de México en el año de 1942, al año siguiente ingresa como miembro fundador el Colegio Nacional, para 1949 recibe el Premio Nacional de Artes y Ciencias.
Fallece en la ciudad de México el primero de Marzo de 1952 y su tumba se encuentra en la Rotonda de las Personas Ilustres.